Musiquitas para el alma... y para el tren

Comprar un disco ya no es lo mismo que antes, es mucho mejor. Ahora, además de compar el disco, uno tiene el beneficio de la recompensa moral, resultado de haber comprado el original y no seguir la logica de la pirateria que tanto mal les hace a los músicos. Esta bueno saber que por gastar unos mangos uno se puede sentir bien consigo mismo, aunque sea por un rato. Por lo menos hasta que llegue el resumen de la tarjeta y uno vea que gastó 29 pesos es un compact. Algo es algo.

La cuestión es que compre el último disco de Coldplay. Está muy bueno. Para ser sincero debo decir que no le tenía mucha fe. Pero tengo admitir que lograron superar mis expectativas. A fuerza de melodias mágicas, grises y melancolicas y acordes en su punto justo y algunas letras un poco más jugadas han logrado producir un disco que no se escapa de la linea del Coldplay que ya conociamos, pero que lo supera ampliamente. Y uno de las cosas buenas que tiene este disco nuevo es que, a diferencia de los anteriores se deja escuchar a plena luz del sol.

Lo más interesante de esta banda (además de la musica, no) es que, como ninguna otra, se puede escuchar mientras viajamos en tren. No sé cual será la razón de semejante simbiosis entre Coldplay y el tren. Algo me dice que la britanicidad de estos muchchos tiene algo que ver. Mi recomendación es que hagan un viaje en tren y traten de experimentar esto que digo ustedes mismos. Qué logren mirar por la ventana mientras el movimiento del vagón los mece al compas de la música.