No me gusta nada...

Cuando se empezó a discutir la posibilidad del juicio político Ibarra, rapidamente descarte que pudiera llevarse a cabo. Varias razones me hacían pensar que ni siquiera iban a poder conseguir los votos necesarios para destituir al jefe de gobierno. Sin embargo me equivoque y hoy estoy tratando de entender como es que se fue todo un poco al carajo. No me refiero sólo a la política, sino a todo lo que rodeaba este juicio político: los familiares de las víctimas del incendio en Republica de Cromagnon, a los que me gustaría llamar los "idiotas utiles", denominación que recibían los payasos revolucionarios en El banquete de Severo Arcangelo, la novela de Leopoldo Marechal.

Su lucha y enfrentamiento casi personal con el jefe de gobierno se convirtio en el mejor argumento para bajar al jefe de gobierno. El problema aqui surge cuando nos preguntamos hasta que punto es justica la venganza personal de un grupo de padres dolidos por la muerte de sus hijos. Y el problema se hace aún más grave cuando intentamos estableceer los grados de responsabilidad, como para adjudicarle al jefe de gobierno la figura del mal desempeño, que queda aun más empañado cuando nos enteramos que el juicio se llevo a cabo sin el reglamento que establece la Constitución de la Ciudad.

Pero dejemos de la lado las cuestiones formales por un momento y volvamos a la cuestión del mal desempeño. Desde mi punto de vista no es esto lo que estaba en juego en este juicio político. Lo que realmente estaba en juego, fue la intención del macrismo de crear una base electoral sólida que le permitiera en un par de años ganar las elecciones locales. Pero lo que no se dieron cuenta es que acaban de cavarse su propia tumba. Pocas cosas hubieran sido más faciles que ganar la elección mientras el candidato peronista tuviera el visto bueno de Ibarra. En cambio, ahora que el presidente le solto la mano a Ibarra, dura tarea le espera al macrismo para ganarle al candidato del presidente, donde admas es muy probable que se juegue las chances de su reelección.

Del otro lado, la izquierda se jugaba poder demostrar que está capacitada para gobernar en el interior del sistema de las instituciones republicanas. Sin embargo, el mamarracho del legislador Romagnoli dio por tierra con tales aspiraciones.

A pesar de todo esto que no me gusta nada, sigo convencido de la capaidad creativa de la democracia para ordenar y promover una vida inspirada en los valores de la toleranacia y el respeto.