El arte es caer de culo y que no te duela

martes, mayo 16, 2006

No todo tiene que ver con todo. Tres temas que no se relacionan en lo más mínimo.

  1. Soy un Bielsista de la primera hora. Me gusta el vértigo y la profundidad en el juego y no soporto las pausas ni las lateralizaciones características que plantea para su equipo José Pekerman.
  2. Como estudiante de la Universidad de Buenos Aires, debo admitir que la falta de rector no es algo que me preocupe demasiado. Lo que si me preocupa es la imposibilidad de elegir un nuevo rector, no importa cual sea este. No entiendo la caza de brujas invertida que propone la FUBA. Acaso están dispuestos a identificar a todos los que trabajaron en el estado durante la dictadura y prohibirles trabajar en la función pública. Esta no me parece la solución. No es digna de una democracia, ni es digna con el espíritu de la Reforma Universitaria. Si, creo qué un cambio en el estatuto es necesario, pero para ello es necesario recuperar el orden institucional, elegir un nuevo rector, y con todas las legalidades y legitimades sobre la mesa discutir sobre lo que parecería estar mal. Estamos frente a la clásica encrucijada que nos plantea todo sistema: si el sistema está mal la única manera de reformarlo es con las herrmaientas que el mismo sistema nos brinda. Se trata, en palabras de Michel de Certau, de asumir el lugar de la táctica frente al espacio dominante de la estrategia, de apropiarse de las herramientas y resigficarlas con las banderas de los estudiantes, de la mayoria de los estudiantes, que quede en claro esto
  3. A partir del desfile de la ganadora del carnaval de Gualeguychu, frente a los mandatarios europeos y latinoamericanos reunidos en Viena, estuve poniendome al día con el problema de las papeleras - pasteras que resultó ser bastante más serio de lo que me parecía hace unas semanas. Pero no es de eso de lo que quiero hablar. Me interesaria poner de manifiesto algo que dijo Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay y que pasó bastante desapercibido en los medios locales. El mismo dijó, en una entrevista, que quienes cortaban el puente en reclamo de una solución a su demanda debían ser tratados como piqueteros y no como ciudadanos. Que me perdone el señor presidente uruguayo pero no veo que ciudadanos y piqueteros sean dos categorías excluyentes (como blanco y negro o burgués y proletario). Es más, creo y sostengo que el hecho de ser piquetero es una circunstancia de la ciudadania: es una manera-de-ser-la-en-la-ciudadania, entre tantas otras que existes. Estrictamente hablando, la crítica ningunneadora, de de Tabaré, cuyo unico fin era negar, degradar, y poner en el lugar de lo ilegal al reclamo ciudadano para quitarle toda posibilidad de discurso, cae un terrible sin sentido que bordea la intolerancia y la desfachatez.