Sobre la siesta

Uno de los actos que mayor placer causa en el ser humano es la siesta. El acto de echarse a dormir durante el horario diurno es una actividad, o tal vez mejor dicho, una no actividad que llevada a cabo adecuadamente produce intensa satisfacción.¿Qué se puede decir de la siesta?Podemos empezar por decir que es un acto voluntario no sujeto al instinto. En un momento se me dio por pensar que dormimos siesta porque estamos mal acostumbrados a vivir demasiadas horas nocturnas. Es cierto que pasa, pero no creo que la siesta pase por una necesidad principalmente. Digamos, a veces la siesta es un bien necesario, puesto que estamos cansados y nos resulta útil para recuperar fuerzas. Sin embargo, otras tantas veces la practicamos por mero placer. Sería como la gula a la comida. La comida es el sueño nocturno, esa actividad necesaria, que forma parte cotidiana y sin la cual es imposible vivir. La gula, al igual que la siesta, son placeres que uno se da por el placer en sí. En general nadie los ofrece, uno los toma. Son cosas que uno se permite y se regodea por tener acceso a ellas.Hoy por hoy, la siesta es la mayor de las revoluciones existentes. ¿Cómo se puede llevar a cabo una revolución desde la cama, sillón o el lugar que sea, tirados sin hacer nada? Justamente así, sin hacer nada. En un mundo donde todo se rige por productividad, donde las personas sirven en la medida que producen, que dan resultados concretos, la siesta, la no actividad, es el hecho opuesto por excelencia.Una de las razones por las que se dice que en el interior se vive mejor que en la ciudad es porque han logrado incorporar la siesta como actividad diaria. La siesta es una revolución continua, no un hecho aislado que transforma el entorno, sino que transforma las vidas de aquellos que la viven, y estos, a su vez y por efectos de la primera, pueden transformar a los que se encuentran a su alrededor. En esas provincias la siesta fue adoptada, utilizando terminología posmoderna (paradójicamente, puesto que hablo de una disciplina antiquísima), al mejor estilo Feng Shui. La siesta logra armonizar las energías de quienes la viven. En estos tiempos, no existe mayor revolución que luchar contra la intolerancia, alteración y los desajustes internos que genera el mundo que nos toca vivir.Mi propuesta, en base a lo redactado previamente, y que espero todos sepan profundizar a través de una sabia charla con la almohada, es reivindicar la siesta, apelar a las autoridades para que se reconozca el derecho de los seres humanos a ensiestarse.Hasta la próxima. Si surge algo más sobre esta reflexión será agregado en nuevos envíos.