El otro día me pasó algo muy loco. Tuve un sueño dentro de otro sueño. No sé si alguno ya ha vivido esta experiencia, pero es la primera vez que me pasa y fue raro. Encima soñe que soñaba que un tío mío se moría, para luego ir al entierro y enterarme que no había sido él, sino su suegro (a quien conozco). Al despertarme de ese sueño me encontraba con algunos primos y les contaba mi sueño. Pero me daba cuenta de que entre ellos una era hija de mi tío no muerto. Y me daba vergüenza contarle que pensé que su viejo había muerto. Y recién ahí me desperté.
Todo esto en una siesta de dos horitas. Porque una siesta debe durar más de una hora dormido. O sea, no es siesta si uno se acuesta, pone el despertador para dentro de una hora y recién a los 10 minutos se duerme. Una siesta consiste en, al menos, una hora de sueño. Si es menos, lo tuyo es un mero descanso. Pero un descanso no te soluciona nada. No repone energías, no te sirve para romperla a la noche. Ni siquiera te alcanza para un cartón. Bah, no me animo a ser categórico en esta afirmación. Las sorpresas han sido varias y creo que no está todo dicho con respecto a este tema.
Hablando del cartón después del cartón, hace tiempo que no pasa el tren blanco por casa. No me quejo, para nada, agradezco tener un descanso. Solo que me llamó la atención. Espero no ser esclavo de mis palabras y despertar mañana entre sábanas crocantes. Aunque eso sería lo de menos. Lo malo es despertarse nadando. Creo que me estoy abriendo demasiado, teniendo en cuenta que este es un espacio de lectura libre. No importa, cuántas personas quedan por saber quién es en realidad el Cartonero Páez...
Bueno, para concluir me gustaría abrir las puertas para un nuevo debate sobre si Pekerman falló al no incluir en la lista de 23 jugadores a Sebastián "Pascualito" Rambert. Lo dejo a su criterio.
